Muchas veces nos hicimos esta
pregunta, aquí te damos una buena respuesta.
Depende: cada uno de ellos
posee sus ventajas y desventajas.
El corcho sintético, por tratarse de un producto inorgánico, no es susceptible a mohos ni a moléculas
perjudiciales, como el TCA, que a veces afectan al corcho natural. Sin embargo, el corcho
sintético carece de la elasticidad y de la porosidad propias del corcho
natural.
La porosidad microscópica del corcho natural facilita una adecuada micro
oxigenación y por ende la evolución del vino en botella, imposible de obtener
con tapones sintéticos. Por ello, para los vinos de guarda, conviene utilizar
corchos naturales, elaborados a partir de la corteza del alcornoque, que permite que el vino evolucione,
incrementando su suavidad y complejidad durante la estiba.
Por el contrario, para vinos
más jóvenes y de consumo rápido, se suele optar por corchos sintéticos, inmunes
al moho y al temido TCA, causante del olor a corcho en los vinos. De todas
formas, cabe destacar que cada segmento, país y mercado requieren diferentes
enfoques y opciones.
¿Qué es el TCA?
El TRICLOROANISOL, cuya
abreviatura es TCA, es el
compuesto volátil organoclorado 2,4,6-tricloroanisol, considerado como la
principal causa de olores y sabores negativos que hacen inbebible al vino.
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